domingo, 12 de diciembre de 2010

Juguetes de Cristal

Habitualmente en este blog, he hablado de grandes hazañas del ciclismo histórico. Cualquier gran etapa que haya tenido lugar durante los últimos 40 años de ciclismo (no van muchos post, de momento), pero hoy voy a cambiar drásticamente el tema sobre el que voy a hablar. Y, es que, a veces, también hay que detenerse en las personas, en lo que hay detrás de lo que vemos, que habitualmente no es más que una simple fachada.
 
Y es que hoy voy a hablar de un ciclista que fue ídolo, pero también fue villano. El protagonista de hoy será el malogrado Marco Pantani, un ciclista que fue capaz de levantar a miles de personas de su sofá en la hora de la siesta, pero también fue vilipendiado por una gran parte del mundo ciclista y por todos aquellos a quienes levantó de su asiento.

Marco nació un 13 de Enero de 1970, y voy a dar un salto en su vida hasta el año 1993, año en el que fue fichado por el equipo Carrera, disciplina a la que pertenecía el ídolo transalpino Claudi Chiapucci en aquel momento. Ese año dio el salto a profesionales y comenzó a dar detalles de su calidad en alguna etapa. Pero su explosión fue al año siguiente, en 1994, primero en el Giro de Italia, que finalizó 2º, y en el mes de julio de ese año, en el Tour de Francia, que concluyó 3º y siendo el mejor joven.

El año siguiente, el 95, fue un año de luces y sombras. Tuvo actuaciones dignas en Giro y Tour, aunque no al nivel del año anterior, y finaliza tercer0 el Campeonato del Mundo de Colombia, el más duro de cuantos se recuerda. Pero sufre el accidente más grave de su carrera un 18 de Octubre. Sufre, junto a otros dos ciclistas un atropello por parte de un coche y tiene que padecer una dura operación, y un largo post-operatorio.

Volvió a la bici a fines de verano de 1996, y volvió en su máximo esplendor en el Tour del 97, finalizando 3º, y preparándose para el que fue su gran año, el 1998. En ese año ganó la general del Giro y del Tour, realizando en esta grande una de las etapas míticas de la historia, ya narrada en este blog, la de Les Deux Alpes.

Pero llegó 1999, y con ese año, el que fue el gran golpe a su carrera. A tan solo una etapa para el final del Giro d´Italia es expulsado de la carrera por dar positivo por tener un hematocrito alto. Esa expulsión significó el principio del fin de Marco. Renuncia a participar en el Tour y en la Vuelta de ese año.

Al año siguiente, en 2000 si que vuelve a participar en el Tour, pero muy lejos de ser el Pantani de anteriores participaciones. Posteriormente su ultima aparición fue en un Giro de Italia, el de 2003. Su actuación, de nuevo, lejos de su nivel. El último gran palo a su vida, fue la no admisión por parte del Tour en la edición de ese año. Meses después es ingresado en una clínica de tratamiento de depresiones, en Padua.
 
Pero fue entonces cuando se produjo un extraño viaje a Cuba, antes de Navidad. A ese viaje se marchó sin informar a nadie, y acompañado por un medico cuya identidad a día de hoy aun se desconoce. Allí el propio Maradona hizo de anfitrión. Esa experiencia debió de ser positiva, puesto que volvió antes de final de año de nuevo a La Habana, y tras una serie de escándalos (drogas de por medio), la justicia le dio una especie de expulsión diplomática.
 
En esas semanas se produjo la ruptura familiar, puesto que su padre intentaba evitar que tuviese acceso a sus bienes económicos. Engordó casi 30 kilos en muy poco tiempo. Pero todo eso no evitó que sustrajera de la cuenta corriente unos 200.000 euros destinados a cocaína, seguramente junto a la que apareció su cuerpo el 14 de Febrero.
 
Llegó el 9 de Febrero y un viaje, casi sin equipaje, a Rimini, un lugar con playas y paisajes propios para el estado depresivo que padecía. Allí se aloja en un hotel, dormía en el sofá y no tenía ni móvil. Amigos suyos que le visitaron, decían que alternaba momentos de lucidez con otros de total ausencia.
En esos últimos días llega a preguntar a una camarera que si tiene miedo de él, que si le considera un tipo extraño. Mientras los padres, que se encontraban en Grecia, solo consiguen ser atendidos por la máquina que dice que el abonado está fuera de cobertura, al intentar llamar a su hijo al móvil.
 
En su última noche, Marco tiene bastante hambre, y consigue que el dueño del hotel llame al restaurante de Oliver Laghi, apasionado del ciclismo, y quien personalmente le lleva la cena. Esa última cena, a la que fue invitado, era una tortilla de setas, una ensalada y una coca cola.
Y llegó ese fatídico 14 de Febrero de 2004. Marco ya se había fabricado su coctel de antidepresivos, y rodeado de polvo blanco, tumbado en el sofá. La última persona que le escuchó con vida, fue el recepcionista, y sus últimas palabras antes de atrincherarse fueron "Por favor, no quiero que nadie me moleste, ni que nadie venga a arreglar la habitación".
 
Efectivamente, no quería ser molestado a la espera de la muerte, puesto que movió los muebles más contundentes de la habitación y los colocó en la puerta.

Lamentablemente, a la temprana edad de 34 años, a media tarde de aquel San Valentín (14 de Febrero) de 2004, su llama se apagó...



Saludos a todos!!

jueves, 11 de noviembre de 2010

Liège-Bastogne-Liège

Porque no todas las grandes etapas ni todas las exhibiciones en el ciclismo tienen lugar en el mes de Julio. Algunas, como la etapa de la que voy a hablar en las siguientes líneas tienen lugar en otros meses de competición. Esos meses en los que el ciclismo no tiene importancia aquí en nuestro país, pero que sin embargo tanta importancia adquiere en países como Bélgica, sobre todo.
 
Concretamente de la carrera que voy a hablar hoy se trata de la decana del ciclismo mundial, la Liège-Bastogne-Liège, la cual data su primera edición de 1892. Su celebración suele ser en el mes de Abril, y tiene lugar en un único día de competición, en el que se recorren cerca de 260 kilómetros de distancia, lo que nos habla ya de por sí de su exigencia, a la que hay que unir las numerosas cotas de las que está compuesta.
Pues bien, hoy hay que mencionar la edición disputada en el año 1980, que tuvo como protagonista al mejor corredor francés de todos los tiempos, Bernard Hinault.
La etapa comenzaba con 174 corredores, y con unas previsiones meteorológicas nada favorables para el resto del día. Al poco se cumplen los pronósticos y comienza a caer un temporal de nieve y lluvia que deja la carretera en las condiciones que se pueden observar en la imagen. Tan duras eran las condiciones que cuando no se habían disputado ni 2 horas de competición, quedaban tan solo unos 60 corredores.
Entre esos 60 corredores se encuentra Hinault, el cual está pasando un suplicio para aguantar en el pelotón. Hablando con su director le dice que se quiere retirar, y este le pide que aguante al menos hasta el avituallamiento que había más adelante. Poco después, algo por delante en el pelotón, ve a un compañero suyo de equipo y piensa eso de "el capitán es el último en abandonar la nave". Comienza a adelantar a gente, hasta que a 80 km de meta se queda en solitario en cabeza. Durante muchos kilómetros se planteó el abandonar la aventura, puesto que estaba comprometiendo toda su temporada por esa "cabezonería", pero pensaba que si él lo estaba pasando mal, peor lo estarían pasando por detrás, así que así seguía siempre hacia adelante.

Cuando atravesó la línea de meta, tuvo que esperar más de 9 minutos hasta que vio al siguiente corredor atravesarla, Kuiper. Tan solo una veintena más atravesaron la meta.
 
Tres semanas después, aun no había recuperado la movilidad en los dedos, y aun hoy en día, dice no sentir total sensibilidad en los mismos.
Fue el precio a pagar por una de las mayores exhibiciones que se han podido presenciar en el ciclismo.


Saludos a todos!!

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Versalles - París

Bueno, hoy mi actualización del blog tiene un protagonista único, debido a las circunstancias que ayer sacudieron a este deporte, con el fallecimiento del que hoy será el protagonista del post. Ese protagonista es, indudablemente, el francés Laurent Fignon, el francés de la melena al viento y gafas. Se trata del último ganador que debutaba en el mismo tour del que salió victorioso (el de 1983), y que se atrevió a discutir el reinado del ciclismo nada menos que con el por entonces ídolo galo, Bernard Hinault.

La etapa que narraré hoy es, quizás, la ultima gran aparición de Fignon en una gran vuelta, aunque desgraciadamente, otra vez para él, las cosas no salieron como esperaba. Esa etapa era la número 21 del Tour de Francia de 1989, cuando corría el 23 de julio de dicho año.

Ese Tour comenzaba con el último campeón del Tour, Perico Delgado, perdiendo la carrera en las dos primeras etapas, llegando tarde a la etapa prologo (perdiendo más de 3 minutos), y en la etapa siguiente lastrando a su equipo en la CRE (perdiendo más de 5 minutos), quedándose tras los dos primeros días, último a más de 10 minutos del líder, Da Silva. Esto carecería de importancia de no ser porque Delgado terminó el Tour a 3´34´´ del ganador de la general final, por lo tanto, sin esos dos despistes hubiera resultado, probablemente, el ganador final.

Comentada la anécdota de Perico, vamos a la etapa de la que iba a hablar, la última etapa de dicho Tour, una contra reloj individual de 24.5 km por las calles de Paris. La carrera se la iban a jugar dos ganadores del Tour en años anteriores. Segundo en la general se encontraba Greg Lemond (ganador del Tour 86) y con 50 segundos de ventaja, partía Fignon, ganador en el 83 y el 84. Si Lemond quería remontar esa desventaja debía realizar una crono fuera de lo común, remontando 2 segundos por cada kilometro a un buen corredor en la especialidad contra el reloj.

En la salida, Lemond sorprendía a propios y extraños, presentándose con un modelo de bicicleta novedoso, puesto que contaba con un manillar de triatleta y además contaba el corredor con un casco aerodinámico. Esa bici era toda una novedad y se discutió mucho sobre si era reglamentaria o no durante los días posteriores al Tour.

Tomaron la salida ambos corredores, y la sorpresa en el punto intermedio era mayúscula, por inesperada, puesto que Lemond ya contaba con una ventaja muy importante en la etapa, aunque todavía insuficiente en la general. Pero las imagenes que realmente darían la vuelta al mundo serían las de meta. El tiempo en meta de Lemond fue de 26 minutos y 57 segundos, un tiempo que sería 58 segundos inferior al que empleó Fignon en recorrer la misma distancia. Esa diferencia le otorgaba la victoria final al corredor americano, por tan solo 8 segundos, la menor diferencia jamás producida en un Tour de Francia entre los dos primeros clasificados.

Por favor, si podéis ver las imágenes en línea de meta de un Fignon entre extenuado e incrédulo ante el resultado final, son impactantes. Quizás el francés jamás hubiese perdido dicho tour en esa ultima etapa si no hubiese sufrido un forúnculo en esa última etapa. O si Lemond no hubiese usado el manillar de triatleta. O quizás Perico hubiese ganado el Tour de no ser por su despiste en el prólogo. Pero lo único cierto es que la carrera la ganó el americano, que ni siquiera fue el hombre más fuerte de la carrera. Pero si fue el hombre más listo, y eso le bastó para llevarse el segundo de los tres Tours que finalmente logró.

Desde aquí un homenaje, aunque desde luego no el mejor de los posibles, a un mítico corredor durante los años 80 e inicios de los 90. Un nada carismático corredor en este país por un gesto (escupir a un cámara de TVE ante la persecución de este al corredor) que fue sacado de contexto y usado en favor del orgullo nacional y en contra de Laurent, y porque no, también en contra de los franceses. Mi pequeño homenaje por, quizás, el dia por el que más se recordará a ambos corredores, tanto Lemond, como al corredor que ayer día 31 de agosto nos abandonó para siempre. Descanse en Paz, Fignon.

La imagen que acompaña al texto corresponde al pódium final de dicho tour, con Lemond en lo más alto, estando situado a su derecha el homenajeado Fignon, y a su izquierda Delgado.



saludos a todos!!

miércoles, 4 de agosto de 2010

Perigueux - Bergerac

Cyrano de Bergerac fue un poeta y pensador francés, coetáneo de Molière, del siglo XVII. Parece ser que fue un hombre libertino y materialista, muy diferente de la imagen de héroe romántico que nos ha transmitido de él Rostand en el drama que lleva idéntico nombre al de su protagonista. Un protagonista que se ha convertido en mito a través de esa localidad, Bergerac. Y fue en esa misma localidad donde Miguel Indurain, tras realizar una auténtica exhibición, se convirtió también en mito, pasando a la historia como "El tirano de Bergerac".

El 11 de julio de 1994 se iba a disputar la 9ª etapa de un Tour de Francia en que los viajes y el fuerte calor estaban siendo las noticias más destacables. El maillot amarillo había pasado de la espalda del británico Chris Boarmand a la de Johan Museeuw, quien tendría el honor ese día de tomar el último la salida en la contrarreloj que se iba a disputar entre las localidades de Perigueux y Bergerac, separadas en la etapa por una distancia de 64.5 kilómetros.

En cuanto a la general de los favoritos, los dos máximos aspirantes a conseguir la victoria en París, Indurain y Rominger, estaban separados únicamente por 28 segundos, favorables al navarro, estando este 7º en la general, situado a medio minuto exacto del líder, y el corredor helvético, que estaría situado 10º en la general provisional. Entre ambos se encontraría uno de los grandes contrarrelojistas del pelotón, Armand de las Cuevas.

La contrarreloj no comenzó con el habitual ritmo in crescendo del campeón navarro, sino que desde el comienzo puso un ritmo altísimo. Tan alto era ese ritmo que en el kilometro 6.5 de la contrarreloj, en el primer punto intermedio, la distancia a favor del navarro con respecto al segundo, de las Cuevas, era ya de 17 segundos, y este a su vez aventajaba en otros 7 segundos a Rominger, tercero en discordia.

En el kilometro 15 las distancias empezaban a ser impresionantes, puesto que estas aumentaban, aun más, favorables al navarro, consiguiendo una distancia favorable de 55 segundos con respecto a Rominger, que se había situado en el puesto que no cedería en todo el resto del día, segundo. Mayor era aún la distancia con respecto a de las Cuevas, a quien aventajaba en 1 minuto y 2 segundos, y quien empezaba a perder fuelle.
 
Apenas un kilometro después, se produjo un hecho histórico. Entre el kilómetro 16 y el 17 de la etapa, Miguel iba a doblar en la contrarreloj al que, sorprendentemente, iba a ser su sucesor en la tiranía del Tour (consiguiendo el récord de la prueba, con 7 consecutivos), Lance Armstrong. Lance posteriormente conseguiría más victorias en la lucha contra el reloj de las que consiguió Miguel, pero ese día fue doblado por Indurain antes del kilometro 17, como si de un cicloturista cualquiera se tratase, habiendo salido 2 minutos antes.

El siguiente punto intermedio de la prueba se encontraba en el kilometro 30. En dicho punto durante varios minutos Rominger fue quien estuvo marcando el mejor tiempo, superando incluso a de las Cuevas por 35 segundos, pero con la llegada del navarro se volvió a pulverizar el reloj. Esta vez aventajaría a Rominger en 1 minuto y 24 segundos. No se había disputado ni media contrarreloj, y la ventaja entre los 3 primeros ya era escandalosa. No había competición en solo 30 kilómetros de la etapa, puesto que Indurain había sentenciado la jornada y todos sus rivales habían tenido que inclinar la rodilla ante su portentosa exhibición.

Pero el aplastante dominio que estaba acometiendo el corredor navarro en esa jornada no iba a quedar ahí y se iba a limitar solo a media contrarreloj, sino que iba a seguir adelante. La siguiente referencia no vendría hasta el tercer punto intermedio del día, que estaría ubicado en el kilometro 54, por lo que durante 24 kilómetros no habría referencias reales de lo que estaban haciendo los favoritos de la etapa. En dicho punto de control, Rominger volvía a marcar el mejor tiempo a la espera del paso de Indurain, quien rebasaría su crono en 1 minuto y 50 segundos. Previamente al navarro debería haber pasado por ese punto de las Cuevas, pero el corredor francés acababa de ser doblado por Indurain. A pesar de eso, volvía a ser el siguiente en ese punto, por detrás de Indurain y Rominger, primero y segundo, respectivamente. El francés, en ese momento en que había sido doblado marchaba ya a 4 minutos exactos en la general provisional de la etapa.

La llegada a la línea de meta no hizo más que confirmar la exhibición de Miguel. Al final fueron 2 minutos justos los que le endosó el navarro a Rominger, y 4 minutos y 22 segundos al tercero en la jornada, de las Cuevas. El cuarto fue Thierry Marie, a 4.45, y el quinto fue Chris Boardman, a 5.27. Uno de los favoritos, a priori, Zülle, se alejó a 9 minutos y 3 segundos, y un Pantani que se preveía podía plantar batalla en la montaña, se fue a más de 11 minutos. El doblado Armstrong, quien fue 13º en la etapa, acabó la misma nada menos que a 6´23´´ de Indurain.

El amarillo, obviamente, fue a parar a la espalda del campeón navarro, que contaría ahora con una ventaja de 2 minutos y 28 segundos con respecto a Rominger, y nada menos que 4´40´´ con un sorprendente tercero, de las Cuevas.

Hay que destacar la crono de Rominger, dicho por el mismo como la mejor contrarreloj de su vida. En dicha crono se dio el gustazo de doblara nada menos que a 4 corredores: Davy (7º en meta), Melchor Mauri (25º), Rolf Aldag, y a Franco Vona, quien había salido 12 minutos antes que él a disputar la prueba.

Tal exhibición en la carrera le valió por parte de la prensa francesa el apodo de "el Tirano de Bergerac" a Miguel.



Clasificación 9ª etapa
1- Miguel Indurain (Banesto) 1 hora 15 minutos 58 segundos
2- Tony Rominger (Mapei) a 2´
3- Armand De Las Cuevas (Castorama) a 4´ 22´´
4- Thierry Marie (Castorama) 4´ 45´´
5- Chris Boardman (Gan) a 5´ 27´´
6- Bjarne Riis (Gewiss-Ballan) a 5´ 33´´
7- Thomas Davy (Castorama) a 5´ 35´´
8- Abraham Olano (Mapei) a 5´ 45´´
9- Arturas Kasputis (Chazal) a 6´ 01´´
10- Piotr Ugramov (Gewiss Ballan) a 6´ 04´´

Clasificación general
1- Miguel Indurain (Banesto) 41 horas 9 minutos 13segundos
2- Tony Rominger (Mapei) a 2´ 28´´
3- Armand De Las Cuevas (Castorama) a 4´ 40´´
4- Gianluca Bortolami (Mapei) a 5´ 47´´
5- Thierry Marie (Castorama) a 5´ 51´´
6- Thomas Davy (Castorama) a 6´ 4´´
7- Chris Boardman (Gan) a 6´ 6´´
8- Sean Yates (Motorola) 6´ 30´´
9- Abraham Olano (Mapei) a 6´ 31´´
10- Lance Armstrong (Motorola) a 6´ 35´´
 
 
Saludos a todos!!

lunes, 24 de mayo de 2010

Saint-Gervais - Sestriere

Buenas a todos. Hoy vuelvo a actualizar este blog, esta vez con una de las etapas más míticas que se han vivido en el Tour de Francia.

Se trata, como no, de la mítica etapa de Sestriere que tuvo lugar en el Tour del año 1992, el segundo de Miguel Indurain. Corría la jornada número 13 de la Grande Boucle, 18 de Julio, y se disputaría una maratoniana jornada de 254.5 kilómetros, con nada menos que 5 puertos antes de coronar el italiano puerto de Sestriere.

Chiappucci, un corredor que nunca pensaba en el mañana, atacó casi de inicio, antes del kilómetro 50 de la etapa. Primero marchó en un grupo, aunque coronó en primer lugar en todos los puertos, pero a unos 125 km. a meta decidió atacar para marcharse en solitario, en busca de la gloria en "su" puerto.

Atrás en el pelotón se tiraban de los pelos. Nadie se creía lo que estaba aconteciendo, el diablo había atacado casi de inicio, y a 125 de meta se había aventurado a una locura en solitario. Mientras ellos no conseguían recortarle mucho tiempo y el diablo se mantenía en la jornada como líder provisional, para incomodidad de los Indurain, Bugno o Lemond.

Cerca de Sestriere los favoritos eran los que tenían que dar ya la cara, jugar cada uno sus cartas en busca de la victoria de la general. Por delante Chiappucci seguía en solitario, aunque cada vez más fatigado por su aventura en solitario, y desde el grupo principal había saltado el maillot jaune (todavía no era el líder, pero si el primero de los "favoritos"), el navarro Miguel Indurain, en busca de recortar la distancia que le separaba del italiano.

A dos kilómetros de meta se pensaba que la aventura de Claudio llegaría al final, puesto que el navarro se encontraba aproximadamente a medio minutos de él, pero una gran pájara de Miguel no solo no le permitió alcanzar a Chiappucci, sino que además le hizo ser adelantado por otro corredor en meta (Franco Vona), y relegándolo a la tercera posición de la etapa, aunque conseguía ponerse, por fin, el maillot de líder. Finalmente terminó cediendo 1´45" en meta con el flamante ganador de la jornada.

Y ese flamante ganador no era otro que Claudio Chiappucci, "el diablo", el cual había entrado con letras de oro en la leyenda del Tour de Francia aquel 18 de Julio de 1992. Había completado una aventura de 6 puertos coronando en primera posición, y más de 200 kilómetros en fuga, de los cuales 125 fueron en solitario, en busca de la victoria en Sestriere, delante de su gente.
 
La imagen se corresponde con la llegada de Claudio a la meta ese día, exhausto tras más de 7 horas y media de pedaleo.


saludos a todos!!!

sábado, 1 de mayo de 2010

Luchon - Mourenx

Buenas a todos. Después de mucho tiempo vuelvo a retomar el blog. En esta ocasión comentaré un día histórico en el mundo del ciclismo. Es una historia que ha sido narrada en multitud de ocasiones, pero no hay que restar ni un ápice de mérito al protagonista de la hazaña.

Corría la mañana de un caluroso 15 de Julio de 1969, y el protagonista del día sería Eddie Merckx. El belga fue expulsado del Giro de ese mismo año por un dudoso positivo cuando vestía la maglia rosa en la carrera italiana. Antes de la disputa de la 17ª etapa, Merckx contaba con más de 8 minutos de ventaja con respecto a Pingeon y 9´30´´ sobre Gimondi. También se había impuesto en 5 etapas, y tan solo quedaban 6 días para la conclusión del Tour.

La etapa llegaba a Mourenx, tras recorrer 214.5 kilómetros, recorriendo cuatro puertos entre medias. La carrera transcurría con los favoritos en pelotón hasta que comenzó la ascensión al Tourmalet. En esa ascensión mandó tirar el belga a su compañero de equipo Van de Bossche, que impuso un ritmo tremendo, e incluso Gimondi se había quedado rezagado con respecto a los favoritos. Pero cuando estaban a punto de coronar el puerto, Merckx lanzó un demarraje que dejó "secos" a todos sus rivales, que no fueron capaces de seguirle, para afrontar en solitario el descenso.

Como anécdota comentar que Van de Bossche comentó siempre que una de las cosas que habían resultado más duras en el ciclismo fue el no pasar ese día por el Tourmalet, cuando había realizado toda la ascensión en cabeza. Como excusa, Eddie alegó que su compañero antes del Tour había firmado por otro equipo y es un detalle que no le gustó, puesto que demostraba que no estaba metido en carrera. Cosas de Merckx.

Tras el descenso del mítico Tourmalet, su director, Driessens, le intentó convencer para que desistiese en su locura, ya que la carrera, en lo que a la general respecta, la tenía controlada.

Merckx no le hizo ningún caso y se presentó en las primeras rampas del Aubisque con un minuto aproximadamente de ventaja sobre los hombres que le perseguían. Tras completar la ascensión esa ventaja había subido hasta la impresionante cifra de ocho minutos. Aún quedaban 70 kilómetros para completar la hazaña.

A unos 15 kilómetros de meta, Merckx fue visitado por el hombre del mazo, con lo que su ventaja se vio reducida, e incluso pensó en desistir en su aventura, pero esta vez fue el director quien le animó a seguir con la aventura. Finalmente culminó la aventura con 140 kilómetros de fuga en solitario, y se presentó en meta. Ocho minutos después hacía su aparición un sexteto que llegaba a meta comandado por Dancelli.

Eddie Merckx introdujo su nombre con letras de oro en la leyenda del ciclismo. Quizás se trata de la mayor hazaña en solitario de una gran vuelta por etapas, aunque ni mucho menos fue la única locura de ese tipo del belga.

Hay que mencionar que en ese mismo Tour, Merckx lo ganó todo, la general, el maillot verde, el de la montaña, la combinada, y con su equipo, el Faema, la general por equipos.


un saludo a todos!!!