En el año 47 a.C., acabada la Guerra Civil que había comenzado con el paso del Rubicón, Julio César volvió a Roma desde Egipto a través de Asia Menor, lugar en el que derrotó a Farnaces II, rey del Ponto, en la famosa Batalla de Zela. Esta campaña duró un total de 5 días, y en el desfile victorioso de dicha campaña, según nos transmite Suetonio, Julio César pronunció la siguiente frase: "veni, vidi, vici", es decir, algo así como "llegue, ví, vencí", haciendo alusión a la rapidez con la que venció en dicha campaña.
De una forma similar a Julio César durante esa Batalla de Zela puede que se mostrase el italiano Paolo Bettini de cara a los Juegos Olímpicos de Atenas, en el año 2004. Paolo había obtenido los dos últimos títulos de campeón de la prestigiosa Copa del Mundo de ciclismo e iba camino de su tercer título en la copa mundial, por lo que estaba considerado como el mejor clasicómano del pelotón del momento. Su perfil de corredor era el idóneo para la prueba en ruta que iba a tener lugar en las olimpiadas atenienses, y resultados en mano, era el favorito número 1 en las apuestas para ocupar un lugar en el Olimpo, por lo que Il Grillo, lejos de su habitual prudencia, declaró a los medios que la victoria de dicha prueba sería suya, que los demás ciclistas solo podrían pelear por la plata.
De una forma similar a Julio César durante esa Batalla de Zela puede que se mostrase el italiano Paolo Bettini de cara a los Juegos Olímpicos de Atenas, en el año 2004. Paolo había obtenido los dos últimos títulos de campeón de la prestigiosa Copa del Mundo de ciclismo e iba camino de su tercer título en la copa mundial, por lo que estaba considerado como el mejor clasicómano del pelotón del momento. Su perfil de corredor era el idóneo para la prueba en ruta que iba a tener lugar en las olimpiadas atenienses, y resultados en mano, era el favorito número 1 en las apuestas para ocupar un lugar en el Olimpo, por lo que Il Grillo, lejos de su habitual prudencia, declaró a los medios que la victoria de dicha prueba sería suya, que los demás ciclistas solo podrían pelear por la plata.
La prueba de ciclismo en ruta de los Juegos Olímpicos de Atenas iba a tener lugar el día 14 de agosto de 2004, sobre un circuito diseñado en el centro histórico de Atenas, en el que se pasaría por la Acrópolis y por el Monte Licabeto. El circuito sería muy sinuoso y quedaría finalmente constituido por 13.2 kilómetros al que habría que dar un total de 17 vueltas, haciendo un total de 224.4 kilómetros. Este circuito no sería especialmente duro en cuanto a su orografía, salvo por las 3 subidas que tendría. La primera sería la de Alexandras, que sería bastante tendida. La siguiente sería la cuesta de poco más dos kilómetros situada en Likavitos, que contaba con rampas de más del 10% de pendiente y 120 metros de desnivel, y la última, los 700 metros de subida al Acrópolis, con un desnivel próximo al 30% . Pero a la, a priori, falta de dureza del circuito había que sumar el calor y la humedad que iban a padecer los corredores durante la prueba, porque no hay que olvidar que esta se iba a disputar a mediados del mes de agosto en las proximidades al Mar Mediterráneo, y lo que eso significa.
En la prueba en ruta cada selección iba a poder
presentar únicamente a un máximo de 5 corredores, en caso de ser una de las
selecciones potentes del ranking UCI, o bien un menor número de corredores, en
función de ese ranking. De esta forma España, Alemania e Italia se mostraban
como las selecciones más potentes del pelotón, ya que la primera contaría con
Freire, Astarloza y Valverde, corredores que se adaptaban a las
condiciones del circuito, a los que había que sumar la presencia de Iván
Gutiérrez e Igor González de Galdeano, para tratar de controlar la carrera. Por
su parte Alemania presentaría un conjunto liderado por Erik
Zabel y el anterior campeón olímpico, Jan Ullrich, y
un corredor que venía en estado de gracia, Klöden, que venía de
hacer segundo en el último Tour de Francia. A ellos se sumaba, en labor de
gregario un siempre trabajador Jens Voigt y Michael Rich. Por último Italia, la
otra selección favorita, había sacrificado todas sus opciones de victoria en
favor de un único corredor, Paolo Bettini, quien sería
acompañado en el equipo por Pozzato, Moreni, Nardello y Luca Paolini. Parecían
los únicos equipos que podían mantener un mínimo control de la carrera, pero no
se podía olvidar en la línea de favoritos a corredores siempre combativos como
Vinokourov, Barbosa, Boogerd, Bo Hamburger o Van
Petegem.
Nada más comenzar la prueba se produjo un primer incidente que sin duda afectó al resto de la prueba. En el tercer kilómetro se produjo una caída que afectó a alguno de los favoritos del pelotón. Los más afectados en dicha caída fueron el actual Campeón del Mundo, Igor Astarloa, que con una fuerte contusión en codo y clavícula se retiró durante esa primera vuelta y fue trasladado al hospital, Boogerd y el colombiano Pérez Arango, quienes también abandonaron en ese principio de la prueba. Otros afectados fueron Karpets, que abandonó durante la cuarta vuelta o el también español Ivan Gutiérrez, que hizo lo propio en el transcurso de la décimo tercera vuelta.
Nada más comenzar la prueba se produjo un primer incidente que sin duda afectó al resto de la prueba. En el tercer kilómetro se produjo una caída que afectó a alguno de los favoritos del pelotón. Los más afectados en dicha caída fueron el actual Campeón del Mundo, Igor Astarloa, que con una fuerte contusión en codo y clavícula se retiró durante esa primera vuelta y fue trasladado al hospital, Boogerd y el colombiano Pérez Arango, quienes también abandonaron en ese principio de la prueba. Otros afectados fueron Karpets, que abandonó durante la cuarta vuelta o el también español Ivan Gutiérrez, que hizo lo propio en el transcurso de la décimo tercera vuelta.
Esta caída dejaba a España como el país más
afectado por la caída, ya que la dejaba muy mermada de cara a la prueba, porque
perdía a dos de sus corredores y solo contaría a raíz del abandono de Gutiérrez
con 3 corredores, dos de ellos primeros espadas, y solo un "currante",
Igor González. Pero la mala suerte no cesaría con esa caída
para España, y en la séptima vuelta el líder del equipo, Óscar Freire también se
veía afectado por una caída, y aunque continuó durante varias vueltas más en la
prueba, se vio obligado a abandonar por el dolor en la vuelta número 15, en la
misma que lo haría Igor González, muy castigado por el trabajo que tuvo que
realizar durante todo el día.
Con la caída de ese kilómetro 3 aún en la retina, el sueco Magnus Backstedt realizó un ataque cerca de concluir la segunda vuelta, bajo el intenso calor que golpeaba a los corredores aquel día. Fue un buen ataque, aunque precipitado, y llegó a contar con cerca de tres minutos de renta con respecto al pelotón, durante la cuarta vuelta. Pero en el pelotón había multitud de corredores inconformistas y de él saltaron Bodrogi y Virenque, que se unieron en la aventura del sueco durante el octavo giro de la prueba. Ese terceto viajó cohesionado durante dos vueltas, hasta que fueron engullidos por el pelotón. El momento de neutralización fue aprovechado por un asfixiado Backstedt para bajarse de la bicicleta y abandonar la prueba, tras haberla liderado durante 8 vueltas. Pero el calor había hecho mella en él, al igual que estaba sucediendo con muchos otros integrantes del pelotón, que ya habían abandonado, o lo harían en las próximas vueltas, presas del calor y agotados por la acción de este.
Con la caída de ese kilómetro 3 aún en la retina, el sueco Magnus Backstedt realizó un ataque cerca de concluir la segunda vuelta, bajo el intenso calor que golpeaba a los corredores aquel día. Fue un buen ataque, aunque precipitado, y llegó a contar con cerca de tres minutos de renta con respecto al pelotón, durante la cuarta vuelta. Pero en el pelotón había multitud de corredores inconformistas y de él saltaron Bodrogi y Virenque, que se unieron en la aventura del sueco durante el octavo giro de la prueba. Ese terceto viajó cohesionado durante dos vueltas, hasta que fueron engullidos por el pelotón. El momento de neutralización fue aprovechado por un asfixiado Backstedt para bajarse de la bicicleta y abandonar la prueba, tras haberla liderado durante 8 vueltas. Pero el calor había hecho mella en él, al igual que estaba sucediendo con muchos otros integrantes del pelotón, que ya habían abandonado, o lo harían en las próximas vueltas, presas del calor y agotados por la acción de este.
A partir de ese momento, casi a cada salto que
se vivió en el pelotón reaccionó el mermadísimo conjunto español, bien con
Igor González, o respondiendo Valverde en
primera persona, lo que sin duda le perjudicó al final de la prueba. Se formó pocos instantes después una fuga en la
que estarían incluidos McEwen y Unai Etxebarría, conformada por
seis corredores, pero que el pelotón no permitió que adquiriese gran distancia y
finalmente fue neutralizada
A partir de ese momento se sucedieron muchas
miradas en el pelotón, ningún equipo quería asumir el control total de la
carrera, para preservar las pocas fuerzas que quedasen, en favor de sus propios
intereses. Pero la incertidumbre no duró muchas vueltas. Pronto llegó el primer
ataque, en la penúltima de las 17 vueltas. Un único ataque, el
del gran favorito Paolo Bettini, a quien secundó el portugués
Sergio Paulinho, quien había ido a las olimpiadas a disputar la
contrarreloj y a trabajar para Barbosa, pero la retirada de este le dio plena
libertad. Ambos formaron un dueto muy interesante que se distanció de un pelotón
en el que no se ponían de acuerdo los equipos para tirar en busca de ambos
corredores cabeza de carrera.
La carrera se le estaba escapando en el pelotón, ya que al comenzar la última vuelta el dueto cabecero contaba con casi un minuto de renta con respecto al pelotón. Axel Merckx, el hijo del mítico Caníbal se dio cuenta de la situación y saltó del pelotón para tratar de dar caza a los fugados. Pero ya era tarde. El oro y la plata tenían dueño y solo faltaba por dilucidar si sería Bettini o sería Paulinho quien alcanzase toda la gloria olímpica.
Ambos se plantaron en solitario en la el último kilómetro, luchando por el oro, con tiempo de sobra para vigilarse. Bettini se había puesto como obligación a sí mismo el tener que obtener el metal dorado, mientras que Paulinho se había encontrado en esa situación de carrera de una forma casual, siendo un peor sprinter que su rival. En esa situación no hubo color en el sprint. Paulinho entró en cabeza en la última curva y lanzó desde muy lejos el sprint, algo que no inquietó a uno de los mejores finalizadores del mundo. Bettini se limitó a cogerle la rueda y antes de 100 metros de meta ya había rebasado al corredor portugués, quien se sentó inmediatamente en su sillín, asumiendo su derrota y contemplando la figura del nuevo campeón olímpico, quien besaba una cadena que llevaba colgada al cuello y se señalaba al pecho, como haciendo alusión a la famosa frase de su compatriota Julio César, "veni, vidi, vici". El oro era de Bettini.
La carrera se le estaba escapando en el pelotón, ya que al comenzar la última vuelta el dueto cabecero contaba con casi un minuto de renta con respecto al pelotón. Axel Merckx, el hijo del mítico Caníbal se dio cuenta de la situación y saltó del pelotón para tratar de dar caza a los fugados. Pero ya era tarde. El oro y la plata tenían dueño y solo faltaba por dilucidar si sería Bettini o sería Paulinho quien alcanzase toda la gloria olímpica.
Ambos se plantaron en solitario en la el último kilómetro, luchando por el oro, con tiempo de sobra para vigilarse. Bettini se había puesto como obligación a sí mismo el tener que obtener el metal dorado, mientras que Paulinho se había encontrado en esa situación de carrera de una forma casual, siendo un peor sprinter que su rival. En esa situación no hubo color en el sprint. Paulinho entró en cabeza en la última curva y lanzó desde muy lejos el sprint, algo que no inquietó a uno de los mejores finalizadores del mundo. Bettini se limitó a cogerle la rueda y antes de 100 metros de meta ya había rebasado al corredor portugués, quien se sentó inmediatamente en su sillín, asumiendo su derrota y contemplando la figura del nuevo campeón olímpico, quien besaba una cadena que llevaba colgada al cuello y se señalaba al pecho, como haciendo alusión a la famosa frase de su compatriota Julio César, "veni, vidi, vici". El oro era de Bettini.
Un segundo más tarde, y derrotado en el sprint,
cruzaría la meta Paulinho, cabizbajo y santiguándose, quien se
alzaría con la plata olímpica. Un olvidado por las cámaras Axel
Merckx, llegaría en tercera posición, 8 segundos después de Bettini, y
se alzaría con el bronce. Axel conseguía de esta forma algo que jamás pudo
conseguir su padre, un metal olímpico. Se completaba así el nuevo pódium
olímpico, formado por Bettini, Paulinho y Merckx.
El sprint del grupo sería vencido por el alemán
Erik Zabel, por delante del esloveno Hauptman y el luxemburgués
Kim Kirchen. Un Erik que se lamentaba de su mala suerte, ya que había sido el
más fuerte del grupo en el sprint y había dejado escapar su gloria olímpica por
no poder controlar la carrera en las últimas vueltas, igual que le había
sucedido 12 años antes, en las olimpiadas de Barcelona 92,
donde también finalizó en cuarta posición, quedándose a un paso del
metal.
Clasificacion Ciclismo en Ruta. Atenas 2004
1- Paolo Bettini (ITA) 5:41:44
2- Sergio Paulinho (POR) 5:41:45
3- Axel Merckx (BEL) 5:41:52
4- Erik Zabel (ALE) 5:41:56
5- Andrej Hauptman (SLO) 5:41:56
6- Kim Kirchen (LUX) 5:41:56
7- Roger Hammond (GBR) 5:41:56
8- Frank Hoj (DEN) 5:41:56
9- Kurt-Asle Aversen (NOR) 5:41:56
10- Alexandr Kolobnev (RUS)5:41:56
...
47- Alejandro Valverde (ESP) 5:44:13
Óscar Freire (ESP) retirado
Igor González de Galdeano (ESP) retirado
José Iván Gutiérrez (ESP) retirado
Igor Astarloza (ESP) retirado
Saludos a todos!!
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