jueves, 18 de octubre de 2012

Agostinho, la historia de un soldado

Hablar de Joaquím Agostinho es probablemente hablar del mejor ciclista luso de la historia. Un corredor que nació en Torres Vedras, cerca de Lisboa, en 1943 y que compitió nada menos que durante 16 temporadas en el pelotón profesional, de 1968 a 1984, compartiendo pelotón con los Merckx, Ocaña o Hinault, siendo una más que firme amenaza para todos ellos.
 
Nacido en el seno de una familia de campesinos, fue el cuarto hijo de la misma, dedicándose desde muy pequeño al trabajo en el campo, compaginándolo con su sueño de jugar en el equipo de su vida, el Sporting de Lisboa. Entre el campo y su sueño transcurrió su vida hasta que en 1964 es destinado a servir en la Guerra de Mozambique. Allí sufrió la explosión de una mina al paso del camión en el que viajaba, de la que se salvó de milagro. También vio morir a muchos compañeros de forma inútil y lo que trajo mayores consecuencias físicas para él, contrajo la malaria. Pero también estaban los daños psicológicos que pusiera haber sufrido allí. Su vida había quedado marcada, inevitablemente, por casi tres años de guerra.

De siempre se dijo, ya que él jamás lo confirmó, que a su vuelta a casa, y para olvidar todos los males vividos en esos últimos años de su ida, Agostinho se volcó absolutamente en la práctica deportiva. Esta práctica deportiva era ya el ciclismo, una afición de la que se empapó en la guerra, ya con 21 años, debido a que participó en en las carreras que organizaban los propios militares, a pesar de que prácticamente no era capaz de mantener el equilibrio sobre la bicicleta. A pesar de su falta de habilidad, circunstancia que luego se pudo apreciar como profesional, Agostinho se enamoró de la bicicleta, mejorando significativamente sus resultados en esas carreras conforme pasaban las semanas.
 
Ya en su regreso a Lisboa quiso participar en una carrera local, pero al no disponer de una bicicleta propia, participó con una bici prestada por una amiga de su hermana, una bicicleta de mujer. A pesar de que hacía apenas 5 años no sabía montar en bicicleta, y que la que iba a usar aquel día se la habían prestado, Agostinho consiguió la victoria en la prueba con nada menos que una vuelta de ventaja con respecto al segundo clasificado del día.

Ese hito captó la atención de Joao Roque, quien había ganado la Vuelta a Portugal unos años atrás, y lo llevó a participar en carreras de mayor nivel. Poco después ganó el campeonato de Portugal y finaliza segundo la Vuelta a Portugal, por detrás de su compatriota, el corredor del SL Benfica, Américo Silva.

Se encontraba en un momento muy dulce, y le llevan a Brasil a correr la Vuelta a Sao Paulo, en la que se impone a un pelotón en la que corren otros corredores europeos, lo que hace que Jean de Gribaldy, patrón del equipo Frimatic, se fije en él y decida contratarlo para su equipo. En solo un año había pasado de estar participando en una guerra a haber firmado un contrato profesional con un equipo francés.

Hulk, como le apodaba la prensa internacional, debutaba en Francia al año siguiente, con dos victorias de etapa (etapas 5ª y 14ª), pero pudo seguir compaginando el calendario que su equipo le ofrecía en Francia con su participación en las carreras de casa. Durante ese periodo en el que compagina ese calendario, obtiene nada menos que 6 campeonatos de Portugal de forma consecutiva, de 1968 a 1973, consiguiendo la victoria tanto en ruta como contrarreloj, además de ganar en tres ocasiones la Vuelta a Portugal (1970-71-72) y obtuvo nada menos que 23 victorias parciales.

Nadie le puede hacer sombra en Portugal, donde gana prácticamente en todas las carreras en las que compite, por lo que decide tomar la decisión de no volver a disputar ese calendario, aconsejado por Raphael Geminiani, que le dijo: “Tienes que elegir entre ser un campeón portugués o ser un campeón mundial”. No se lo pensó mucho Joaquim y optó por disputar el calendario europeo.
 
Vuelta a España
En la Vuelta a España participó en cinco ocasiones, siendo la primera de ellas en 1972, una participación que pudo ser trágica, ya que camino de Tarragona sufrió una caída contra una montonera de cemento y se fracturó la base del cráneo. Sólo una rápida actuación médica evitó un fatal desenlace.

Al año siguiente, compartiendo equipo con Luis Ocaña en el Bic, intentaron hacer frente al campeón belga Merckx, que iba a participar por única vez en la Vuelta. Pero no hubo forma de parar al belga, que consiguió nada menos que seis victorias de etapa y ganó la gran ronda. Ocaña le siguió en la clasificación y Agostinho fue finalmente sexto en la general.
 
Pero su mejor participación tuvo lugar al año siguiente, en 1974, prueba en la que ya no participó el vigente campeón, Merckx, pero que si contó con la participación de Thevenet, José Manuel Fuente "el Tarangú" aparte de su compañero y último campeón en Francia, Ocaña. Pero poco duró Thevenet entre los favoritos, ya que se hundió en la clasificación general, olvidándose de poder optar a ganar la ronda española. La carrera fue más o menos normal, salvo por el desfallecimiento del galo, hasta la 13ª jornada que finalizaba en el Naranco. Al paso por el puerto de Pajares, Joaquim se escapa junto a Lasa, que era compañero del líder "el Tarangú". Lasa y Joaquim se fueron entendiendo perfectamente, a pesar que el director del español había ordenado que no lo hiciera. En la bajada del puerto, bajo la lluvia, Agostinho se queda cortado con respecto a Lasa y el Tarangú alcanza a ambos corredores, y mosqueado por la actitud de su compañero, ataca en el Naranco, realizando una brutal exhibición, adelantando en aproximadamente un minuto a los siguientes cuatro corredores: Perurena, Lasa, Ocaña y Agostinho.
 
Parecía que esa jornada decidiría la carrera, pero una victoria en Cangas de Onís y una caída de Fuente el penúltimo día, hacen que en la última jornada, una contrarreloj de 35 kilómetros, Agostinho llegue con posibilidades de hacerse con la victoria. Un Ocaña enfermo, cediendo poco más de un minuto, fue el único capaz de aguantar el tipo ante la exhibición descomunal que realizó el portugués aquel día. Pero el final de la Vuelta fue caótico, ya que aunque en un principio dijeron que Agostinho había recuperado los 2 minutos y 35 segundos de retraso que tenía con respecto a Fuente, y que por lo tanto era el ganador de la carrera, minutos más tarde la organización se contradijo y declaró que Fuente había salvado la Vuelta por el estrecho margen de once segundos.

Por supuesto, Agostinho siempre dijo que le habían robado esa Vuelta, que le pertenecía. Pero aunque la organización reconoció errores de cronometraje aquel día, jamás se corrigió el resultado que dieron los jueces aquella tarde del 12 de mayo de 1974. Joaquim jamás volvió a brillar de esa manera en la Vuelta, porque aunque se vistió de líder dos años más tarde, jamás volvió a estar tan cerca del triunfo.
 
Tour de Francia
Como se decía anteriormente, Agostinho debutó en el Tour en 1969, el mismo año en el que “el caníbal” Merckx obtenía su primera victoria en la carrera. Joaquim debutaría con 2 victorias de etapa y con un octavo puesto final en la general. Fue un corredor asiduo en el top-ten de la carrera, ya que en nada menos que en otras siete ocasiones se clasificó entre los diez primeros, incluyendo dos terceros puestos, en 1978 y 1979, y consiguió también cuatro victorias de etapa.
 
El punto álgido en la carrera del luso tuvo lugar precisamente en esos dos años, luciendo los colores del mítico equipo Flandria, ya que pudo finalmente alcanzar un pódium que había estado trabajando muchos años. Es cierto que no pudo ser partícipe en ningún momento de la disputa de la victoria final, monopolizada por la disputa entre Zoetemelk e Hinault, con triunfo de este último.
 
Si 1978 había sido bueno, el siguiente año fue aún mejor, ya que aunque la carrera vio como se repetía la actuación del año anterior, esta vez Agostinho tuvo su día de gloria en la carrera, el 15 de julio, con final de etapa en Alpe d´Huez y pasos previos por Madeleine y Galibier.

A pie del último puerto llegó una escapada compuesta por Alban, Nillson, Laurent y Wellens, pero esta quedó en nada ante la actuación que tuvo el bueno de Joaquim. Este atacó en las primeras rampas del Alpe d´Huez, aprovechando el marcaje mutuo que se hacían los dos grandes favoritos, Zoetemelk e Hinault. A su rueda salió Bernaudeau, gregario del francés, pero poco duró a su rueda, ya que tras varios de los chepazos habituales de Agostinho, este se quedó en solitario y fue adelantando a los componentes de la fuga. Llegó a meta con más de tres minutos con respecto a los dos grandes favoritos de la carrera. Aquel día, un 15 de julio de 1979, contando con 36 años, Joaquim Agostinho se había consagrado ante los ojos de todo el mundo, consolidando, además, su segundo pódium consecutivo en Francia.
 
Aquella fue su última gran participación en el Tour, ya que las caídas fueron su cruz. Esas caídas que le impidieron volver a conseguir ninguna victoria en las siguientes cuatro temporadas, rompiendo el maleficio en su última Vuelta al Algarve. Caídas que, por ejemplo, le llevaron a volver a abrirse nuevamente el cráneo en otra ocasión. Sin duda alguna, estaba gafado en ese aspecto. Pero aún a pesar de todo, llegó a firmar un 11º lugar en la que sería su última participación en el Tour de Francia, contando ya con 40 años.

Para la leyenda quedó una frase suya después de una dura jornada en el Tour, hablando sobre la dureza de la carrera: “Cuando me acuerdo de la guerra, me río de los que dicen que subir el Mont Ventoux es duro”.
 
Fin de su carrera
 
1984 iba a ser su última temporada como profesional, para después pasar a ser manager y descubre talentos, tal y como declaró a TVE en una entrevista que le hicieron días antes de la que sería su última participación en la Vuelta al Algarve. Contaba ya con 41 años, y había planeado disputar de nuevo el calendario portugués, con los colores del Sporting, y posteriormente participar por 14ª vez en el Tour de Francia, igualando a Darrigade y a Poulidor.
Pero jamás pudo tomar la salida en el Tour de Francia, ya que disputando la Vuelta al Algarve, que lideraba, en los últimos instantes de la contrarreloj, un perro se cruzó en su camino, no pudiendo evitar atropellarlo yéndose él al suelo y dándose un fuerte golpe en la cabeza.

La muerte fue muy controvertida, ya que el corredor no fue trasladado al hospital de forma inmediata, sino que se le llevó al hotel y se le aplicó una bolsa de hielo en la cabeza. Al poco rato comenzó a sangrarle la nariz, pero en lugar de trasladarlo al hospital al momento, se tardaron más de 4 horas en llevarle, con el agravante de que el hospital se encontraba a 400 kilómetros (la distancia que había entre Faro y Lisboa) y en el traslado el corredor entró en coma. El corredor se debatió 10 días entre la vida y la muerte, hasta que a primera hora del 10 de mayo fallecía de manera trágica, dejando abierto el debate sobre qué habría sucedido si el corredor hubiera recibido una adecuada atención médica.
 
Joaquim Agostinho murió con 41 años de edad, habiendo obtenido un total de 76 victorias en su dilatada carrera. Palmares en el que figuraban 4 victorias en el Tour de Francia, 3 en la Vuelta a España, un pódium en esta última carrera y otros dos en Francia, a lo que hay que sumar su espectacular palmares en Portugal, con 3 Vueltas a Portugal, con 23 victorias de etapa y 6 campeonatos de su país. Como forma de homenaje, el Tour de Francia decidió colocar un busto suyo a tamaño natural en la curva número 14 del Alpe d´Huez.
 
 
Saludos a todos!!

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