Hoy siento recuperar una etapa que ya comenté en su momento en este blog, la primera, pero creo que debía volver a reescrirla, debido a que no era del todo exacto lo que escribí en su momento.
En el Tour de Francia de 1998 se iba a disputar la 15ª etapa, en la cual se iba a llegar a un puerto inédito en la historia de la carrera, Les Deux Alpes, un puerto situado enfrente del Alpe D´Huez, previo paso por el Galibier subiendo por la vertiente del Telegraphe.
La climatología era muy diferente de la que se habían encontrado los ciclistas en días anteriores, ya que en la cima del Galibier había una temperatura de unos 4º, comparados con los más de 30º de días anteriores. Además había amanecido nublado y lluvioso el día.
A diferencia del año anterior, Ullrich, líder de la general, no contaba con una diferencia tranquilizadora, y su estado físico no era tampoco el deseado. Pero a pesar de eso seguía siendo el líder de la carrera. El segundo en la general era un Julich sorprendente, ya que ni era el jefe de filas de su equipo, el Cofidis (lo era Casagrande, ya en casa por una fractura). Se encontraba a tan solo 1 minuto y un segundo en la general. Empatados en 3º lugar se encontraban Jalabert y Pantani, a 3´01´´. También a menos de 5 minutos se encontraban reputados escaladores como Leblanc o Escartín, además de otra veintena de corredores en menos de 9 minutos en la general. Era por lo tanto una jornada propicia para poner en jaque al líder... y para que el equipo de este buscase alianzas con otros equipos (especialmente con Cofidis).
La etapa comenzó relativamente tranquila, formándose una pequeña fuga en la que se incluyeron dos Telekom (Aldag y Zabel), que nada más ser neutralizados de nuevo comenzaron a poner ritmo al pelotón. Pero las hostilidades se comenzaron a desatar a punto de coronar la Crois de Fer, ya que atacó en los últimos metros Jalabert y comenzó arriesgando en el descenso, en el cual se le unieron Boogerd y Rinero (4º final del Tour). El pelotón poco más adelante en el descenso los neutralizó, pero tras un parón se terminó formando en las últimas rampas del descenso un sexteto entre los que estaba de nuevo Rinero y también el Kelme Serrano. Llegaron con más de 2 minutos al fin del descenso.
Con algo más de 3 minutos llegó el sexteto a pie del Galibier, el siguiente puerto que afrontarían. Ya en el primer kilómetro, Leblanc lanzó un primer ataque casi camicace al pelotón. Tuvo que ser Riis quien neutralizase dicho movimiento, muy peligroso no solo por la proximidad en la general, sino por la violencia de Leblanc en sus ataques. Nada más ser neutralizado, otro ataque, este a cargo de Meier. Esta vez a por él salió Bolts. Bolts y Riis, los únicos dos compañeros que le quedaban a Ullrich a muchos kilómetros de meta. Ante esta sucesión de ataques, Bolts se colocó al frente del pelotón e impuso un ritmo que impidiera más ataques. Por detrás, Jalabert iba sufriendo e iba cediendo metros en el pelotón, y por delante, el sexteto ya había quedado reducido a un cuarteto.
En esta situación, y con un Aldag al frente del pelotón (otro Telekom, acababa de alcanzar cabeza de pelotón) se produjo un ataque del Chava, que no fue respondido ya que no era un hombre para la general. Acto seguido atacan Meier y Leblanc, al ver la no respuesta del Telekom al Chava Jiménez. Estos dos sí que eran respondidos y alcanzados por el pelotón. En esa situación fue en la que se llegaba a la cima del Telegraphe, mitad del puerto de Galibier, aproximadamente, con ya solo un dueto cabecero, Massi y Rinero, y una remontada del Chava por darles alcance.
Ya en las primeras rampas de la nueva subida, de nuevo otro ataque de Leblanc. Este ataque elimina a Bolts y casi lo hace con Riis, pero finalmente consiguen controlarlo y mantenerse este en cabeza. Y fue en ese momento cuando ya no era Meier quien secundaba los ataques de Leblanc, sino que era el mismísimo Escartín quien atacó. Y de nuevo, ¿quién si no? Leblanc lanza otro ataque al pelotón. Y Boogerd detrás de él le secunda (6º y 5º de la general), mientras que Riis está siendo totalmente desbordado por esos ataques. Riis ya no podía resolverle la papeleta a Ullrich y fue este quien, un aceleron mediante, iba a coger a estos 3 corredores, y en cuanto hubo de nuevo un parón, de nuevo lo aprovechó Escartín para atacar e irse ya definitivamente del grupo.
Fue en esos minutos cuando se dio la paradógica situación que Cofidis iba tirando en la fuga, con Rinero, y en el grupo, con Livingston. Un desastre su director, como en todo ese Tour, que bien pudieron haber ganado si hubieran hecho las cosas bien. Según se aparta Livingston, otro ataque de Boogerd y el enésimo de Leblanc. Apenas duran unos metros, pero lo que llevaba cociéndose mucho tiempo en el grupo de los favoritos, estaba a punto de estallar.
A 47 kilómetros de meta, y con 5 todavía para coronar el puerto, se produjo el momento mágico, se produjo el único ataque de Marco Pantani aquel día. Ullrich le vio salir pero se quedó clavado sobre su bicicleta. No fue capaz de responder al ataque, como tampoco fue capaz de responder al de Leblanc, que intentó coger rueda al italiano, pero acabó explotando Leblanc, la mecha que había quemado a todo el Telekom.
En muy pocos metros da alcance y pasa como si fuera un niño a Escartín. Mientras en el grupo Ullrich parecía totalmente fundido, quizás por haber tenido que responder a tantos ataques de manera personal. Por delante, el Chava y Marcos Serrano conectaban con cabeza de carrera. Pocos metros por detrás viajaba ya un Pantani que parecía que viajaba en moto, puesto que estaba metiendo unos 30 segundos por kilómetro al grupo de Ullrich. En la cima del mismo ya coronaba en cabeza el Pirata, seguido muy de cerca por el Chava, y algo más alejado por Massi, Rinero, Escartín y Serrano. Más lejos aún viajaba Leblanc, y por último, a 2´49´´ un hundido Ullrich con el grupo.
Afrontaba pues el alemán el descenso con esa pérdida frente al italiano, pero al final de la parte más rápida del descenso había conseguido reducir la desventaja hasta los 2 minutos. Sería lo más cerca que estaría ya aquel día de Marco, ya que a este se le unieron los Kelme para tirar de su grupo mientras que al alemán no le ayudaba nadie en su empresa. Encima, para colmo de males, a pie de Les Deux Alpes, pinchó su rueda delantera, y sus mecánicos estuvieron tan torpes en el cambio que Jan se enfrió totalmente. Al hundimiento físico que ya venía padeciendo, se unió en ese momento el psicológico.
Ya no quedaba lucha en la etapa. Pantani se iba por delante en busca de la victoria de etapa, dejando atrás a Escartín, con el premio añadido de que se iba a vestir de amarillo. Por su parte, el portador de la misma, Ullrich, se encontraba en una crisis total, de la que ni sus compañeros de equipo Bolts, primero y Riis después fueron capaces de rescatarle ofreciéndole su rueda. La imagen del campeón alemán era dantesca, ya que sus propios compañeros de equipo tenían que levantar el pie a cada momento para no descolgar a su líder. Esos eran los últimos kilómetros que iba a hacer con el maillot amarillo en su espalda Ullrich, y los estaba recorriendo completamente hundido. Nada que ver con el marchar de Pantani, quien al cruzar la línea de meta victorioso alzó los brazos, pero no en señal de victoria, sino de alivio. Acababa de darle un golpe al Tour.
Poco a poco fueron llegando los corredores a meta, siendo Massi el primero de ellos, seguido de Escartín. Muchos corredores fueron cruzando la línea de meta hasta que apareció por ella el trio del Telekom, con Bolts, Riis y un Ullrich que llevaba la pájara reflejada en la cara. Cruzaron la meta nada menos que a 8´57´´ del ganador del día y nuevo líder, Marco Pantani. Dicha general quedaría con Julich en 2º lugar a 3´53´´ y 3º un valiente Escartín, a 4´14´´. Ullrich se encontraba ahora 4º a nada menos que 5´56´´, pero aún no había dicho su última palabra en ese Tour.
saludos a todos!!!
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