Corría el mes de julio del año 2003 cuando el ciclismo le daba una segunda oportunidad a Carlos Sastre, el cuñado de José María Jiménez. Meses después, con el fallecimiento de este, el ciclismo le daría de nuevo otra oportunidad, puesto que se le pasó por la cabeza la retirada al corredor nacido y criado en Leganés. Pero esa es otra historia completamente diferente y ajena al mundo de las dos ruedas, al menos, de forma directa.
Carlos Sastre recibió un primer varapalo el año anterior en los Alpes, cuando aún a pesar de atacar, fue incapaz de obtener la victoria, ni en La Plagne ni en Morzine. Tan solo un año después, en la etapa que finalizaba en Ax-3 Domaines, se disfrazó de gladiador de la bicicleta y jugó a ser ciclista, tal y como dice un ganador del Tour que ahora narra en TVE.
Como en ciclismo, en algunos equipos, aún funcionan las jerarquías, pidió permiso a su compañero del CSC, Tyler Hamilton, el cual marchaba, y tras esta jornada siguió marchando por delante en la clasificación general. Tras obtener el beneplácito de su jefe de filas, no lo dudo y antes del último puerto, que era el de Ax-3 Domaines, atacó. Un ataque a la antigua, en el Pailheres, a muchos kilómetros de meta, mientras los buenos de la general dudaban, ya que no sabía si Armstrong se había recuperado o no de la deshidratación de la CRI del día anterior. Se iría con la compañía de Mercado y Rubiera, superviviente este de una fuga anterior. Dudaba si Juanmi se aprovecharía de su esfuerzo tirando en la búsqueda de la etapa, pero no lo dudó y lo dio todo sobre la bicicleta.
Inevitablemente el primero en descolgarse del trío cabecero fue Chechu, quien aún reservaba fuerzas para trabajar para Armstrong. Sastre seguía tensando la cuerda para descolgar a Mercado, y finalmente lo terminaría consiguiendo, para marchar, desde ese momento, en solitario hasta que cruzase la línea de meta. Lo hizo con 1´01´´ de ventaja con Ullrich y Zubeldia y 7 segundos más con el líder Armstrong. Eso le servía para colocarse 9º en la general del Tour, aunque a un mundo de los favoritos.
Cumplía, en ese 2003 su segunda temporada en el CSC de Bjarne Riis, al que se marchó procedente de la ONCE de Beloki e Igor González de Galdeano, cansado de tener que trabajar para ellos y previamente para Olano. Buscaba en el equipo danés la libertad para ser jefe de filas, para poder atacar cuando quisiera y sobre todo, no tener que trabajar para otros, sino que esos otros trabajasen para él. Y esa gran oportunidad por la que se marchó del equipo de Manolo Saiz le estaba llegando un 19 de julio, en ese Tour de 2003. Sastre solo tenía, hasta el momento, una victoria como profesional, en la Vuelta a Burgos de 2001. En ese momento, acababa de nacer su hija Claudia. No supo como dedicarle la victoria.
A raiz de ese día, ya que le pareció feo no poder dedicárselo a su hija, un amigo le regaló un chupete, y dicho chupete lo metió en un bolsillo de su maillot, esperando a poder dedicárselo a su hija. Pues esa oportunidad, como ya decía, el 19 de julio le volvió a llegar, y esta vez si que estaba preparado, llevaba encima ese chupete. Antes de cruzar la línea de meta echó mano a su bolsillo, lo sacó y se lo puso en la boca. No era solo una dedicatoria a su hija, no solo Claudia recibía el homenaje, sino que también lo dirigía hacia su mujer, Piedad (la hermana del Chava).
Ese fue el gran momento de Sastre durante mucho tiempo. Concretamente hasta el año 2008, cuando en un día glorioso atacó a pie de puerto del Alpe D´Huez en busca de un amarillo que lucía un compañero suyo de equipo. Pero él era el jefe del equipo, por poco tiempo más, pero lo seguía siendo. Creo que la mejor etapa de su vida, que le permitió acumular en su palmarés ser el ganador nada más y nada menos que de un Tour de Francia.
Ahora, hace tan solo unos días, tras finalizar la Vuelta a España de este año, decidió hacer publica su decisión de retirarse del ciclismo profesional, a los 36 años de edad, con nada menos que 25 grandes vueltas finalizadas, y una más en la que abandonó. Acumula 5 pódiums en las mismas, a los que hay que sumar su Tour.
Sin duda se le echará de menos en la carretera, porque más polémico o menos, el siempre fue sincero. Don Limpio le llamaban los medios extranjeros (especialmente en los países nórdicos). Se va el hombre del chupete.
Saludos a todos!!!