El primero de Julio del año 1989, el mismo año de la caída del Muro de Berlín, comenzaba la 76ª edición del Tour de Francia. Ese año tomaban la salida nada menos que 4 corredores que habían sido campeones de la carrera.
Cronológicamente, por antigüedad de ganadores, el primero de esos corredores era el francés Laurent Fignon, ganador de las ediciones de 1983 y 1984. Único bicampeón en la salida de la carrera. El ganador de 1985 fue Hinault, corredor que se retiró al finalizar la temporada siguiente, tras ayudar a su compañero de equipo, Greg Lemond a ganar el Tour de 1986. Lemond era, por lo tanto, el segundo corredor en activo campeón de la carrera.
En 1987 el ganador fue el irlandés Stephen Roche, que le ganó el Tour a Perico Delgado, tras un mano a mano impresionante de ambos, culminado por la gran última CRI del corredor irlandés, en la que superó a Perico por tan solo 40 segundos en la general final. El último de esos campeones aún en activo era el propio Perico, quien en su año victorioso, 1988, se mostró intratable durante la carrera, venciendo por más de 7 minutos a Rooks, aunque a punto estuvo de no poder celebrar el triunfo por un problema con una sustancia dopante. Por fortuna suya, el problema se solventó con la AMA y pudo saborear su merecida victoria.
De todos estos ganadores, Lemond era una auténtica incógnita, no por le hecho de pertenecer a un equipo de medio pelo, el ADR, sino porque meses después de ganar el Tour del 86, sufrió un grave accidente de caza, provocado por su cuñado, quien accidentalmente le disparó. Esto le dejó gravemente herido durante las dos siguientes temporadas, y además, con restos de plomo en el cuerpo, que posteriormente le obligaron a retirarse de la práctica profesional, además de hacer disminuir su rendimiento deportivo.
Fignon era doble campeón, pero en los años siguientes había vivido su propio vía crucis particular, con multitud de lesiones y bajo rendimiento. Roche era un gran campeón, como demostró en la temporada 89, pero ahora mismo no era un favorito de primera línea. Por último, estaba Perico Delgado, el gran favorito a priori, recordando el Tour de la temporada anterior.
Con esa situación se llegaba a la salida de este Tour, cuyas primeras 5 etapas no iban a finalizar en territorio galo. La primera etapa sería la tradicional etapa prólogo, que constaría de una CRI por las calles de Luxemburgo, de tan solo 7.8 kilómetros. A dicho prólogo, tenía el privilegio de salir a competir el último el ganador de la edición anterior, Perico, además de salir a la competición luciendo el maillot amarillo que consiguió en la temporada anterior, y por supuesto, de lucir el ansiado dorsal número 1.
Como la etapa era corta, pues eran menos de 8 km., los corredores salían a rodar por las calles cercanas a la disputa de la prueba, para calentar bien para la disputa de una actividad intensa durante poco tiempo. En aquella época no había bicis estáticas, por lo que era la única forma de calentar para los ciclistas.
Ese día, Pedro salió a rodar por ahí cerca, como todos, y en contra de lo que mucha gente dice, no se prolongó mucho en el calentamiento, ya que tal y como reflejan los medios de la época, llegó al control de firmas a 15 minutos de su hora de salida. A la hora de salir el corredor anterior, Kelly, estaba a un centenar de metros de la salida, acompañado por una cantidad ingente de periodistas. Eso pudo provocar que decidiera aislarse y alejarse un poco de la rampa de salida.
Y llegó la hora de su salida, y no estaba Perico Delgado. ¿Dónde está Perico? Esa era la pregunta que se hacía toda la gente, desde la prensa a la afición, pasando, como no, por sus directores Echávarri y Unzué, quienes estaban desesperados. Medio minuto y no aparece. Un minuto y sigue sin aparecer. 2 minutos, 2 minutos y 15, 2´20´´ y entonces es cuando aparece el corredor del equipo Reynolds por el horizonte. Mientras el llega a la línea de salida, el reloj sigue corriendo. Por fin, cuando toma la salida, el reloj marca ya un retraso en la misma de 2´40´´, ante los gritos desesperados de su director. Y aún no había recorrido la crono...
Finalmente termina su recorrido con un tiempo superior en 2´54´´ al tiempo de Erik Breukink, el ganador del prólogo. Evidentemente comenzaba el último el Tour en el que debía defender su victoria del año anterior. La lectura positiva, es que en tiempo real, su crono había sido casi excelente, puesto que solo se dejó 14 segundos en el asfalto. El problema, el tiempo que le costó su despiste a la hora de tomar la salida, pues no solo le perjudicó ese día, sino que en la CRE de la 5ª etapa, un Perico Delgado hundido psicológicamente fue un lastre terrible para su equipo, lo que le hizo perder unos 5 minutos a final de dicha etapa.
No había empezado casi el Tour, y Perico ya estaba último en la general, a unos 8 minutos del líder, Greg Lemond. Distancia muy inferior a la que terminó cediendo con el ganador final de la carrera, puesto que solo le terminó aventajando en 3 minutos y medio en la general, tras realizar Perico un Tour soberbio. Pero ese despiste del prólogo, le terminó costando un Tour en el que se mostró como el corredor más fuerte de la carrera. Por cierto, como anécdota, decir que en ese prólogo fue 7º un tal Miguel Indurain, a 10 segundos del ganador
Saludos a todos!!
Hola compañero, me he leído el blog de cabo a rabo, historias increíbles y una fuente de buenos recuerdos para los que disfrutamos con el ciclismo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu trabajo con el blog. Sigue así!
Muchas gracias compañero por tus palabras!!
ResponderEliminar