Como ya sabéis, este es un blog dedicado a las que yo considero que han sido las grandes gestas individuales del ciclismo (sobre las que pueda documentarme), salpicado también por grandes etapas, o quizás próximamente, por algún personaje importante. Pues bien, se me ha venido hoy a la memoria la 15ª etapa del Tour de Francia del año 2003, que discurrió entre Bagnéres de Bigorre y Luz Ardiden. Es según recuerdo yo, la última gran etapa que ha tenido lugar en el Tour de forma colectiva, salvo por la excepción de la que tuvo lugar en el año 2009 en Le Grand Bornand. Esos dos días que nombro, el pelotón se resquebrajó y fueron llegando los ciclistas uno a uno a la meta, desde dos puertos antes de meta. Digna de alabar sería también la etapa siguiente a la que voy a contar, la de Bayona y la espectacular fuga de Hamilton, última gran gesta para mí (la de Landis es una farsa).
Esa etapa que voy a comentar era una etapa corta, de apenas 160 kilómetros, pero sin embargo era muy exigente, ya que se acometían las subidas al Tourmalet (HC) y a Luz Ardiden (1ª categoría). En la general, las cosas estaban muy apretadas. En apenas un minuto se encontraban los 3 primeros de la general, en el siguiente orden: Armstrong, Ullrich y Vinokourov. La diferencia entre los dos primeros era de apenas 15 segundos, y además Ullrich estaba en clara mejoría en ese Tour, y por el contrario, Lance estaba atravesando una grave crisis esos días, debido a una deshidratación que sufrió en la CRI de Cap Decouver.
Entrando ya en materia, se encontraban todos los favoritos en un pequeño grupo de corredores, los más importantes de la general, puesto que ya se habían desmontado los equipos y no había más estrategia en la etapa que las piernas de cada uno.
En esa situación, y todavía a bastantes kilómetros de coronar el puerto del Tourmalet, Jan Ullrich lanza un ataque formidable a todos los favoritos, marcando un ritmo infernal. Ese ataque seguramente sea debido a la imagen de debilidad que mostró Armstrong el día anterior cediendo unos pocos segundos, y a la mejoría propia que estaba experimentando en ese Tour.
El ataque destrozó a todos los favoritos, y tan solo durante unos metros el americano fue capaz de seguirle, quedando rápidamente descolgado de su rueda. Por detrás ya rodaban con bastantes segundos perdidos Vinokourov, Hamilton, Moreau, Basso... Era uno de los ataques camicaces que solía lanzar Chiappucci, casi a 50 de meta en este caso. Si lo conseguía, entraría en las páginas de leyenda del ciclismo, puesto que no solo ganaría la etapa, si no que la recompensa sería mayor, consiguiendo el maillot amarillo que se le resistía desde aquel nefasto día de Les Deux Alpes (1998).
Desde luego, en los primeros kilómetros de su ataque, parecía que lo podría culminar sin problemas, puesto que nadie había sido capaz de seguirle. Pero él mismo tuvo que ver que faltaba mucha distancia para meta y aminoró su ritmo, lo que permitió un reagrupamiento de los favoritos entre los últimos metros de ascensión y el descenso.
En el propio descenso fue probablemente donde Jan perdió ese Tour, puesto que según reconoció el mismo, debido a como se había visto en la anterior ascensión, a los nervios, se olvidó de alimentarse bien.
Tras el descenso y un pequeño tramo llano, comenzó la última ascensión del día, la de Luz Ardiden. En sus primeros metros, como se cuenta anteriormente, comenzaron los favoritos reagrupados. Al poco tiempo, Iban Mayo decide realizar un acelerón, al que responde Lance Armstrong, debido a que no se fía de él, puesto que ya había vencido ese año en el Alpe D´Huez.
No solo Lance sale a por él, si no que le rebasa y se pone al frente. A su rueda el propio Mayo, y a tan solo un par de metros, Ullrich. El resto, por detrás, tratando de no ceder mucho tiempo, tal y como sucedió en el Tourmalet. Es en estos compases de la carrera cuando Lance sufre un primer percance y su manillar se engancha con la bolsa de un aficionado y le derriba, llevándose con él a Mayo al suelo. Ullrich consigue esquivar la caída. Tras avanzar unos metros, decide esperar a los dos corredores que han sufrido la caída, lo que además conlleva que se vuelvan a reagrupar los favoritos. Además de esperar Jan, Hamilton increpa a todo aquel corredor que decida no esperar al boss (lamentable imagen del lacayo de Armstrong, aun a pesar de no compartir equipo).
Armstrong, que ya se había levantado e iba a rueda de su compañero Chechu Rubiera, sufre un segundo percance cuando está a punto de contactar con el pelotón, se le sale el pie del pedal. Finalmente tanto Mayo como Lance contactan con el grupo, pero ambos no muestran beneplácito por esa espera, y nada más contactar lanzan sendos ataques, en el mismo orden que la primera vez. Esta vez nadie se cae y el americano, con su “molinillo”, va como una exhalación a por su primera victoria parcial en aquel Tour. El resto, intentando seguirle en la lejanía, siendo el alemán el que más cerca está de seguirle (a algo menos de un minuto), con los dos Euskaltel a su rueda, Mayo y Zubeldia.
Tras casi 4 horas y media, Lance hace su entrada, seguido por un corredor del la Boulangere (Sylvain Chavanel) que pertenecía a la fuga y por Mayo, que tras subir a rueda de Ullrich, le sprintó y le arrebató los segundos de bonificación, hecho que criticó muy duramente a el alemán.
Ese día dejó sentenciado el americano el que en esos momentos era su 5º Tour, puesto que en meta endosó unos 45 segundos al alemán, más los 15 que ya tenía, y casi 3 minutos a Vinokourov. Aun así, es el Tour que más le han disputado al androide americano, y quizás lo habría sufrido mucho más, o no habría vencido, de no ser por la caída de Joseba Beloki aquel día camino de Gap (donde venció Vino, en homenaje a su compatriota Kivilev).
Que ese día Armstrong jugó con él. Seguramente. Que ese día Ullrich cometió un grandísimo error táctico. También es muy probable. Yo solo se que ese día vi una de las etapas más bonitas que he visto en el Tour en los últimos años.
saludos a todos!!
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