La etapa de Val Louron del Tour de 1991 significó un relevo generacional para la carrera. Hasta ese momento la carrera había estado dominada por la generación del 61, liderados por el tricampeón Lemond o por Fignon, o corredores de más edad, como Pedro Delgado, quien además cedía ese mismo día su jerarquía en favor de su compañero Miguel Indurain. Ahora la nueva generación que iba a dominar el ciclismo mundial sería la generación del 64, cuyos máximos exponentes serían Indurain, Bugno, protagonistas ese día. El otro protagonista del día, Chiappucci, sería un año mayor que los corredores de esta nueva generación que dominaría durante el siguiente lustro el ciclismo mundial.
La decimotercera etapa de la ronda francesa de 1991, con final en Val Louron, la etapa reina de la ronda francesa aquel año. El perfil de la etapa presentaba un recorrido en el que se iban a subir cinco puertos puntuables repartidos en 231 kilómetros: Col de Portalet (2ª categoría), Col d´Aubisque (HC), Tourmalet (HC), Col d´Aspin (2ª) y Val Louron (1ª).
La etapa comenzó con bastante tranquilidad, y los ciclistas subieron agrupados el Col de Portalet, pero esa calma duraría pocos kilómetros más y en el Aubisque se desataron las primeras hostilidades. Primero fue por parte de corredores de poca importancia en la general de la carrera, pero nada más superar la estación invernal de Gourette es el italiano Bugno quien arranca. A su rueda salta en primer lugar Mottet y a continuación Chiappucci. Ese ataque deja el pelotón reducido a una veintena de unidades y con el líder, Leblanc, muy nervioso ante la situación que se está produciendo en la carrera. Leblanc lanza un ataque y consigue enlazar con los tres corredores que marchaban por delante. Finalmente es Winterberg quien corona en primer lugar el Aubisque, pero el grupo está roto, aunque en el descenso habrá un reagrupamiento general.
En esa situación de tensión general se llegó a las faldas del mítico Tourmalet, y la situación no iba a decepcionar a nadie. Las primeras bajas reseñables de la carrera serían los Banesto Jean François Bernard y Pedro Delgado, o el reciente campeón de la Vuelta a España (que por aquel entonces se disputaba en abril), Melchor Mauri. La primera de tantas ocasiones en las que se le atragantaría el Tour al director de la ONCE, Manolo Saiz.
En las rampas más duras del Tourmalet el grupo se iba a quedar reducido a apenas nueve unidades, a saberse: Conti, Rue, Hampsten, Mottet, Chiappucci, Bugno, Lemond, Indurain, y el líder Leblanc. Este grupo permanece uniforme hasta el último kilómetro, en el que Chiappucci realiza un acelerón, en la búsqueda de los puntos de la montaña. Ese acelerón provoca que Conti y sobre todo Lemond cedan terreno en los últimos metros. Nadie se dio cuenta de esa circunstancia, salvo un corredor, que la iba a aprovechar en favor de sus intereses.
Nada más comenzar el técnico descenso del Tourmalet, mientras todos los corredores buscaban periódicos para ponerse en el interior del maillot, ese corredor que había visto flojear a Lemond se lanzó a tumba abierta en el descenso. Las palabras de ese corredor al cruzar la línea de meta fueron significativas “todos se pusieron a coger periódicos, para ponérselos en el pecho, ropa y bidones de agua y alimento. Yo no paré y me tiré para abajo: ‘El que quiera, que venga’, me dije a mí mismo. No sé qué harían los de detrás, pero yo bajé a tope, comiendo las hierbas de las cunetas. Hasta pasé al coche de la organización que abre carrera”. Ese corredor que había visto magníficamente la situación de la carrera era Miguel Indurain. Rápidamente abrió hueco el navarro con el grupo de favoritos, y al paso por el avituallamiento de Saint Marie de Champan, ese hueco ya era de nada menos que 52 segundos de ventaja.
La luz de alarma se había encendido entre los favoritos, pero ninguno quería sacrificarse en ese grupo, en donde se vivían momentos de incertidumbre. Aprovechando ese parón en el grupo, al paso por el avituallamiento, Chiappucci lanzó un ataque al que tampoco ningún otro corredor respondió.
El director de Miguel, José Miguel Echávarri, que había bajado el puerto en el coche jugándose el tipo, e incluso llegando a perder una de las bicis que llevaban en la baca, viendo que Chiappucci se había marchado a la caza de su corredor, se acercó al coche del equipo Carrera y se produjo un pacto muy rápido. Echávarri buscó a su corredor y le explicó el pacto. Fue entonces cuando Indurain levantó el pie y esperó `al diablo´, rubricando de esta forma un pacto que haría que la carrera saltase por los aires.
Por su parte, en el grupo trasero enlazaban Eduardo Chozas y Laurent Fignon, los que iban a provocar que por fin se lanzase la carrera por detrás. Pero la desventaja de ese grupo era ya de 1 minuto y 45 segundos. Al tiempo que Fignon lideraba ese grupo, su compañero y líder de la carrera, Leblanc, comenzaba a sufrir. A unos 5 kilómetros de coronar el Aspin, Lemond lanzó un primer ataque, secundado por Bugno, Leblanc y Chozas. El resto de corredores fue entrando tranquilamente en ese grupo, y una vez que hubieron entrado todos, se produjo un segundo ataque, en esta ocasión de Bugno. Al tiempo Leblanc dice basta y se queda cortado de ese grupo, prácticamente parado sobre su bicicleta. Mottet y Fignon son los únicos corredores que pueden seguir el ritmo del corredor italiano, mientras que Hampsten, Lemond, Chozas y Rue se quedan rezagados.
Para colmo de males en aquel momento para Lemond, fue cuando el grupo de Bugno le aventajaba en más de medio minuto y dirección de carrera dio paso a los coches de ese grupo delantero para secundar a sus corredores cuando el coche del equipo Gatorade (el de Bugno) golpeó al campeón norteamericano y le derribó de su bicicleta. Iba a ser la imagen de la jornada, el campeón había caído.
Chiappucci e Indurain coronaron el Col d´Aspin manteniendo una perfecta armonía entre ellos y con una ventaja de 2 minutos y 15 segundos con respeto al trío perseguidor, Bugno, Mottet y Fignon, y más de tres minutos y medio con el grupo de los norteamericanos.
El dueto cabecero mantenía las distancias con el grupo de Bugno en el descenso del Aspin y durante el falso llano, antes de llegar al último puerto del día, el de Val Louron. Pero las distancias no se mantenían con el último ganador de la carrera, el norteamericano Lemond, y con sus acompañantes, ya que estas aumentaban de forma considerable durante este tramo. Las diferencias del dueto de cabeza son respecto al gran favorito al empezar el Tour, Lemnond, se estaban disparando, a pesar de que el corredor del equipo Z recibió la ayuda de su compañero Eric Boyer, aunque de poco serviría, ya que nada más comenzar las primeras rampas del Val Louron, ambos corredores del equipo Z se quedarían descolgados, con respecto a Hampsten y Chozas. Lemond estaba perdiendo toda esperanza de hacer una buena clasificación en el Tour.
También en esas primeras rampas del puerto, Gianni Bugno aceleró el ritmo, consciente de que había perdido el Tour con su indecisión por saltar o no en Saint Marie de Champan, y descolgó rápidamente a sus dos compañeros de fuga, Fignon y Mottet. Bugno dio el todo por el todo, y consiguió ir reduciendo las diferencias con respeto a cabeza de carrera. Pero no había nada que hacer, sus opciones de ganar el Tour se había esfumado muchos kilómetros antes, cuando su indecisión le impidió irse con Chiappucci.
Al llegar a la línea de meta, Chiappucci se impuso en el sprint por la victoria a un Indurain que levantaba el puño al cruzar la meta, supuestamente en señal de júbilo. Aparentemente se había cumplido el pacto alcanzado unos 50 kilómetros antes, mediante el cual el corredor navarro se vestía de amarillo y el transalpino se haría con el triunfo de etapa.
Un Gianni Bugno desatado, fue el siguiente corredor en cruzar la línea de meta, pero lo hizo a casi un minuto y medio de distancia. La distancia a la que llegaría Fignon ya comenzaba a ser preocupante para el resto de aspirante a la carrera, llegando a 2 minutos y 50 segundos. Un minuto más le caería al siguiente corredor en meta, Mottet, quien pasaría en ese momento a ser el segundo clasificado de la general. Pasaron dos minutos más para que hiciera su entrada Hampsten y una veintena de segundos más para que llegase Chozas.
Si las distancias ya estaban siendo muy importantes, siderales fueron a la llegada de Lemond, quien precedido por su compañero Boyer, cedió en meta 7 minutos y 18 segundos. Se había acabado así el Tour para el triple campeón de la carrera. El que hasta ese momento había sido el líder de la carrera, Luc Leblanc, cedió en meta más de 12 minutos, y Pedro Delgado, compañero de Miguel y teórico líder del conjunto, llegó a más de 14 minutos a meta.
Miguel Indurain se vestiría por primera vez, aquel 19 de julio de 1991, con el maillot de líder del Tour de Francia, un maillot del que no se desprendería hasta cinco años más tarde. Miguel se retiraría en 1997 habiendo lucido el amarillo hasta en un total de 60 jornadas, con cinco victorias consecutivas en la general de la carrera.
También en esas primeras rampas del puerto, Gianni Bugno aceleró el ritmo, consciente de que había perdido el Tour con su indecisión por saltar o no en Saint Marie de Champan, y descolgó rápidamente a sus dos compañeros de fuga, Fignon y Mottet. Bugno dio el todo por el todo, y consiguió ir reduciendo las diferencias con respeto a cabeza de carrera. Pero no había nada que hacer, sus opciones de ganar el Tour se había esfumado muchos kilómetros antes, cuando su indecisión le impidió irse con Chiappucci.
Al llegar a la línea de meta, Chiappucci se impuso en el sprint por la victoria a un Indurain que levantaba el puño al cruzar la meta, supuestamente en señal de júbilo. Aparentemente se había cumplido el pacto alcanzado unos 50 kilómetros antes, mediante el cual el corredor navarro se vestía de amarillo y el transalpino se haría con el triunfo de etapa.
Un Gianni Bugno desatado, fue el siguiente corredor en cruzar la línea de meta, pero lo hizo a casi un minuto y medio de distancia. La distancia a la que llegaría Fignon ya comenzaba a ser preocupante para el resto de aspirante a la carrera, llegando a 2 minutos y 50 segundos. Un minuto más le caería al siguiente corredor en meta, Mottet, quien pasaría en ese momento a ser el segundo clasificado de la general. Pasaron dos minutos más para que hiciera su entrada Hampsten y una veintena de segundos más para que llegase Chozas.
Si las distancias ya estaban siendo muy importantes, siderales fueron a la llegada de Lemond, quien precedido por su compañero Boyer, cedió en meta 7 minutos y 18 segundos. Se había acabado así el Tour para el triple campeón de la carrera. El que hasta ese momento había sido el líder de la carrera, Luc Leblanc, cedió en meta más de 12 minutos, y Pedro Delgado, compañero de Miguel y teórico líder del conjunto, llegó a más de 14 minutos a meta.
Miguel Indurain se vestiría por primera vez, aquel 19 de julio de 1991, con el maillot de líder del Tour de Francia, un maillot del que no se desprendería hasta cinco años más tarde. Miguel se retiraría en 1997 habiendo lucido el amarillo hasta en un total de 60 jornadas, con cinco victorias consecutivas en la general de la carrera.
Clasificación etapa 13 Jaca-Val Louron:
1- Claudio Chiappucci (Carrera) 7 horas 11 minutos 16 segundos
2- Miguel Indurain (Banesto) a 1´´
3- Gianni Bugno (Gatorade) a 1´ 29´´
4- Laurent Fignon (Castorama) a 2´ 50´´
5- Charly Mottet (RMO) a 3´ 53´´
6- Andy Hampsten (Motorola) a 6´ 01´´
7- Eduardo Chozas (ONCE) a 6´ 24´´
8- Eric Boyer (Team Z) a 7´ 17´´
9- Greg Lemond (Team Z) a 7´ 18´´
10- Jean François Bernard (Banesto) a 7´ 38´´
Clasificación General:
1- Miguel Indurain (Banesto)
2- Charly Mottet (RMO) a 3´
3- Gianni Bugno (Gatorade) a 3´ 10´´
4- Claudio Chiappucci (Carrera) a 4´ 06´´
5- Greg Lemond (Team Z) a 5´ 08´´
6- Laurent Fignon (Castorama) a 5´ 52´´
7- Andy Hampsten (Motorola) a 7´ 25´´
8- Luc Leblanc (Castorama) a 7´ 51´´
9- Jean Françoiz Bernard (Banesto) a 8´ 39´´
10- Eduardo Chozas (ONCE) a 13´ 11´´
Saludos a todos!!
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