Maurice Garín, el pequeño deshollinador que un día decidió subirse a una bicicleta y competir, puesto que esa era su pasión, fue el primer vencedor de la historia del Tour de Francia, en el año 1903, a pesar de ser un corredor alejado del prototipo de corredor de la época. En dicha carrera aventajó al siguiente clasificado en casi tres horas, la mayor diferencia de la historia de la carrera.
Maurice Garin nació un 3 de marzo de 1871, en el valle de Aosta, en Arvier,
al año siguiente de la unificación de toda Italia y de ser nombrada
Roma como capital del país. A pesar de nacer en territorio italiano,
no llegó a hablar ese idioma, sino que hablaba el francoprovenzal,
también conocido como arpitano (actualmente no lo hablan ni 60.000
personas, en su mayoría de avanzada edad).
Su
infancia la transcurrió atravesando la frontera gala, para trabajar
como deshollinador en las casas de las familias burguesas, tal como
era tradición en los Alpes. Cuando ya era más mayor, aunque aún joven, recorrió una
larga distancia a pie, junto a su padre y hermanos, para asentarse en
la localidad de Lens, que por aquellos años finales del siglo XIX
era un pequeño pueblo. Allí fue albañil, gracias a la
recomendación que de él hizo un paisano que había llegado a Lens
años antes que su familia.
A
los 20 años, entusiasmado al ver las hazañas que realizaban
aquellos locos que montaban en bicicleta en esa última década de
siglo, consiguió reunir el dinero suficiente para comprarse él
mismo una bicicleta, y comenzó a montar en ella. Debido a su pasado
de deshollinador, el apodo que se ganó entre sus compañeros y la
prensa fue el de “el Pequeño Deshollinador”, debido
también a su estatura y peso (1,62 metros y 61 kilos en plena
forma), lo que chocaba con los grandes corredores (por corpulencia)
de la época.
En
1893 se impuso en dos carreras que contaban con gran prestigio en la
época, los 800 kilómetros de París, sobre pista, y la
Dinant-Namur-Dinant. La temporada siguiente sería aún más exitosa,
con triunfos en 24 horas de Lieja, en pista, en el Prix
d'Avesnes-sur-Helpe, y en la París-Saint-Malo. Su resistencia física
iba camino de ser legendaria, muy en contra de lo que su físico
hacía presagiar. En 1985 iba a acrecentar su leyenda sobre pista,
consiguiendo la victoria en las 24 horas de las Artes libres de París , además de batir el récord del mundo de los 500 kilómetros
en ruta detrás de un entrenador humano.
Pero
eso no era suficiente, ya que se le estaban quedando pequeñas todas
esas carreras, por lo que amplió su horizonte, fijándose nada más
y nada menos que en la París-Roubaix, creada en 1896. Ese primer año
se le escapó la victoria, siendo “solamente” tercero. Pero no se
le escaparía en las dos siguientes ediciones. Si su primera
victoria, en 1897 causó un entusiasmo inusitado en la gente, la
segunda victoria, la del año siguiente, provocó un fervor por parte
de los asistentes al velódromo nunca visto hasta entonces. Tanto fue
así que los que no encontraron su sitio en el velódromo se subieron
al techo de una casa de las proximidades para ver la llegada del
corredor italiano (nacionalizado francés), provocando el hundimiento
del techo de la casa.
El
Pequeño Deshollinador no solo era uno de los mejores corredores
de la época, con victorias en las carreras más importantes, sino
que también era probablemente el corredor más querido por el
público de la época, siempre acompañado de sus hermanos Cesar y
Ambroise, debido a que era el corredor más cercano con el pueblo. Al
palmares que había acumulado en esos últimos años del siglo XIX,
en los primeros años del siglo XX, concretamente en 1902, iba a
sumar un triunfo en la legendaria Burdeos-París.
Cuando
al año siguiente, en 1903, Henri Desgrange, director de la revista
L´Auto, lanzó la idea de crear el Tour de Francia, Garin fue el
primer corredor en inscribirse. La afición esperaba que se alzase
con la victoria final, vistos los antecedentes, algo en lo que no les
defraudó.
A
la salida se presentaron nada menos que 60 valientes (se inscribieron
78 corredores, siendo 11 extranjeros), que tomaron la salida el
primero de julio, portando Garin el primer dorsal número 1 de la
carrera, pocos minutos después de las 3 de la tarde, con dirección
a Lyon, en una etapa de más de 460 kilómetros, a las puertas del
restaurante El Despertador, en Montgeron, próxima a París.
Solo 50 kilómetros más adelante, la carrera ya veía como se
retiraba el primer corredor en la historia de la carrera. También,
poco más adelante se viviría la primera descalificación de la
historia, la de Jean Fischer, por usar un coche. A la mañana del día
siguiente, tras casi 18 horas de recorrido, sería Garin quien
llegaría en primer lugar a la línea de meta de esa primera etapa de
la historia del Tour de Francia, aventajando en un puñado de
segundos a quien le había acompañado casi todo el día, Emile
Pagie, por lo que se convertiría en el primer líder de la carrera,
un puesto que ya no abandonaría hasta el final de la carrera.
Por
su parte, el que consideraban los medios como la otra alternativa a
Garin para la victoria final, Aucouturier, tuvo que abandonar la
etapa durante la noche, debido a problemas estomacales. Los
corredores afrontarían ahora varios días de descanso, antes de
disputar la segunda etapa de la carrera, entre Lyon y Marsella, de
374 kilómetros.
Pasadas
las 2 de la madrugada del día 5 los corredores afrontarían esa
segunda etapa. Hippolyte Aucouturier sería el ganador de esta etapa, la única que incluiría algo de montaña en esa primera edición de la carrera. Y sería el ganador, a pesar de haberse retirado el día anterior, ya que en ese momento la carrera permitía que un corredor que no hubiera terminado una etapa, se reenganchase a la carrera, aunque sin ninguna opción por pelear por la clasificación general.
La siguiente etapa saldría en la madrugada del 8 de julio, y en ella los corredores tendrían que llegar a Toulousse, desde Marsella, después de recorrer 423 kilómetros. El ganador de esta agotadora etapa sería nuevamente Aucouturier, quien sería el primer bicampeón de etapas del Tour. Aquel día ganaría gracias a un sistema que hoy podría chocarnos, ya que él tomaría la salida, junto con varios corredores más, una hora más tarde que los que aún peleaban por la victoria de la general. Quien primero cruzó la línea de meta fue Eugène Brange, pero su tiempo fue 33 minutos superior al que invirtió Aucouturier, por lo que este fue declarado como ganador de aquella etapa.
La etapa más corta de la carrera sería la cuarta, en la que Aucouturier buscaría su tercera victoria consecutiva. En esta etapa los corredores buscarían la zona este de Francia, llegar a Burdeos, tras recorrer 268 kilómetros. Esta se disputaría el 12 de julio y el corredor francés sería sorprendido usando la estela de un coche en su afán por ganar, por lo que sería descalificado de la carrera. El ganador aquel día sería un absoluto desconocido para el público, el suizo Laeser, quien el día anterior había abandonado la carrera y que aquel día partió en la etapa una hora más tarde que los corredores de la general, pero que completaría el recorrido en 10 minutos menos que el primero de los de la general. Con su victoria se convertiría en el primer no francés en ganar una etapa en el Tour. Garin, por su parte, seguiría manteniendo su primera posición de la general.
Como
la etapa, comparada con las anteriores, no había sido excesivamente
dura, al día siguiente, el día antes de la fiesta nacional
francesa, se iba a disputar la penúltima etapa, de 425 kilómetros y
que uniría Burdeos con Nantes. Prácticamente no había ya lucha por
la general, ya que Garin aventajaba en más de dos horas al segundo
clasificado, Georget, pero unos pinchazos y un error de este hizo que
perdiera tanto tiempo que llegase a perder su privilegiada posición.
Además, Garin sentenciaría la carrera, no solo aventajando a quien
hasta entonces era segundo, sino que encima consiguió la victoria
sobre el velódromo de Nantes.
La última etapa de la carrera sería la más larga de todas, 471 kilómetros, disputada en la madrugada del 18 de julio. En ella se impondría nuevamente Garin, venciendo en el sprint del velódromo de París, por delante de Augerau y de Lootens, aunque los corredores dieron una vuelta de honor por el Parque de los Príncipes, para que el público pudiera verlos. Garin, con esta victoria, se convertiría en el primer triple vencedor de etapa y además sentenciaría la carrera.
Las distancias entre Garin, primer clasificado y Pothier, segundo final, fueron siderales, las mayores en la historia de la carrera, con casi 3 horas de diferencia entre ambos (2h 49´ 21´´). Pero si la distancia entre ambos fueron antológicas, más aún lo fueron con Millocheau, el último clasificado de la general (21º), al que aventajó en nada menos que 64 horas y 57 minutos, es decir, que el también francés Millocheau, había invertido casi dos terceras partes más del tiempo que había tardado el ganador en recorrer los 2400 kilómetros de los que constaba aquel primer Tour de Francia.
Garin era, ya sin duda alguna después de esta victoria en el Tour, si es que no lo era ya antes, el corredor más popular del pelotón, tanto en los aficionados como en la prensa. Esta popularidad explica el porqué, al año siguiente, los comisarios esperaron cuatro meses para descalificarle de su segunda victoria en el Tour de Francia (pensarían que era mejor aguardar a que se enfriasen las pasiones desatadas por su triunfo en la carretera). Si hubiesen tomado esta decisión a pie de meta, seguro que se hubiera producido un motín entre los comisarios, y probablemente avalanchas del público.
Garin era, ya sin duda alguna después de esta victoria en el Tour, si es que no lo era ya antes, el corredor más popular del pelotón, tanto en los aficionados como en la prensa. Esta popularidad explica el porqué, al año siguiente, los comisarios esperaron cuatro meses para descalificarle de su segunda victoria en el Tour de Francia (pensarían que era mejor aguardar a que se enfriasen las pasiones desatadas por su triunfo en la carretera). Si hubiesen tomado esta decisión a pie de meta, seguro que se hubiera producido un motín entre los comisarios, y probablemente avalanchas del público.
Esta descalificación de Garin, que iría acompañada de una suspensión de dos temporadas, puso fin a la carrera de el Pequeño Deshollinador, que contaba entonces con treinta años. Se retiró posteriormente a la localidad de Lens, donde abrió un garaje que mantuvo hasta los años cincuenta, década en la que falleció contando con casi 86 años de edad.
Saludos a todos!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario